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Georges Ward présente son œuvre picturale à l’exposition Eath dans

le salle de expositions d’La Parroquia de Ejea de los Caballeros

Emplacement: Calle Mediavilla 41, Ejea de los Caballeros, Saragosse (Espagne).

Du 6 mai au 17 juillet 2022.

Vous pouvez visitez l’évènement tous les mardi à samedi, de 19:00 h à 21:30 h./dimanches et jours fériés de 11:00 h à 13:30 h

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les salles des expositions d’UNED Calatayud.

Emplacement: Av. San Juan el Real, nº 1, 50300 Calatayud (Saragosse, Espagne).

Du 1 mars au 8 avril 2022.

Vous pouvez visitez l’évènement tous les lundi à vendredi, de 17h à 20h.

La obra de Georges Ward me resulta tremendamente personal. De hecho, es uno de los pintores que más conectados veo con su propio trabajo, hasta el punto de que persona y obra puedan parecer uno. Esto hace que sus cuadros no sean nada forzados, sino que resultan fluidos a la vista, como si de su mente las imágenes se transportaran directamente al lienzo. Eso es una gran valía del artista, puesto que no hay nada más alejado de la realidad.

Georges tiene un modo de trabajo lento, casi litúrgico. Todas las fases del proceso creativo influirán en el resultado final de su obra, por lo que él se toma su tiempo, a sabiendas de que todo suma. Es meticuloso en la preparación de sus soportes, preparando sus tablas hasta que queden perfectas. Ordena sus acrílicos con sus infinitas gamas de colores para saber qué color escoger en cada momento y ordena sus ideas mediante un esquema mental y documental previo.

Después, Georges pinta y el tiempo se detiene. No importarán ya las horas, días, meses o incluso años que pasen hasta que la obra se de por concluida. No es exageración, en la obra Life, aparecen 337 especies animales y 224 vegetales, siendo necesaria una lupa para poder apreciar las especies más diminutas.

Pero el arte no es cuestión de números, sino de sensaciones, y los paisajes oníricos de Ward transportan al que los observa, haciéndolo partícipe de su particular Edén. Son obras tremendamente sensitivas, en ellas escucharemos el susurro del viento, el aleteo de las aves o el zumbido de insectos. Oleremos mil fragancias y apreciaremos las texturas aterciopeladas de sus flores. Pero sobre todo veremos, profundidades infinitas entre montañas o desiertos, nubes románticas que nos transportan a tiempos remotos o animales y plantas de colores vivos y vibrantes.

Pero lo mejor de todo es que, cuando lleguemos a casa y cerremos los ojos, esos paisajes seguirán ahí, en nuestro interior. Lugar donde quizás siempre existieron.

Eduardo Lozano Chavarría

Ver con los ojos cerrados (Eduardo Lozano Chavarría)

La mirada del arquero (poème de Marisa Royo)